¿Qué es la salud mental?

La salud mental es un estado de bienestar que te permite sentirte a gusto con las actividades cotidianas que realizas, posibilitando desarrollar tus capacidades, hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a tu comunidad. (OMS, 2001 y Ley 1616/2013).

Cuando se habla de salud mental también se reconoce la importancia que tienen las relaciones familiares, con amigos, colegas, las personas de tu entorno y contigo mismo(a), en la forma como llevas tu vida diaria.

El bienestar y la salud mental

El bienestar y la salud mental son fundamentales para potenciar las capacidades colectivas e individuales que tenemos las personas de:

Pensar

Manifestar sentimientos

Interactuar con los demás

Disfrutar de la vida

¿Cómo entendemos la salud mental en la niñez?

Cuando hablamos de salud mental de las niñas y los niños debemos tener en cuenta que en sus primeros años de vida se configuran las formas en que perciben el mundo, sienten seguridad, confianza en sí mismos y en los adultos significativos (cuidadores), fortalecen los vínculos afectivos y aprenden a sobrellevar las dificultades.

Estas experiencias tempranas influyen en el desarrollo de sus capacidades para disfrutar la vida, participar en espacios colectivos, expresar sus emociones y buscar soluciones a los problemas cotidianos.

¿Qué podría afectar a tu salud mental?

En circunstancias de pérdida de seres queridos, cambios importantes como traslado de vivienda, pérdida de empleo, rupturas afectivas y situaciones del contexto social y cultural como las distintas formas de violencia, los seres humanos activamos recursos mentales y emocionales para responder de la mejor forma posible. 

Sin embargo, emociones como:

El miedo

La tristeza

La rabia

Las preocupaciones excesivas

Pueden llegar a ser tan angustiantes que nos impiden comprender lo que vivimos, asumirlo y tomar decisiones pertinentes; en estos casos nuestra salud mental podría estar afectada.

Somos diferentes

Es importante tener en cuenta que todas las personas somos diferentes en:

El manejo de las emociones

En la manera como reaccionamos a diferentes situaciones

En las prioridades que tenemos

Por eso las necesidades que vemos, las soluciones que encontramos y las decisiones que tomamos también son distintas para cada quien; en este sentido, se comprende que hay diversas formas de entender la salud mental y el bienestar de las personas, así como existen diversas formas de cuidarla cuando está afectada.

¿Qué hacer para cuidar la salud mental?

Presiona los botones del menú lateral y los números para conocer cómo cuidar la salud mental de los adultos y de los niños, niñas y adolescentes.

Busca actividades físicas que disfrutes y asegura disponer de tiempo para realizarlas.

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Genera espacios para compartir con personas que son importantes para ti: familia, amigos, entre otros.

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Procura mantener rutinas para actividades diarias como estudiar, trabajar, descansar, alimentarte y tener ocio.

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Está atento(a) a los malestares físicos y emocionales para buscar el apoyo oportuno en tu círculo cercano, o con ayuda profesional si lo ves necesario.

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Garantizarles espacios y tiempos para el juego, la exploración y la creatividad.

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Ofrecerles confianza y credibilidad en lo que hacen y lo que nos expresan.

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Animarlos y alentarlos reconociendo el valor de sus múltiples capacidades.

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Permitirles el ejercicio de su autonomía e independencia (ejemplos: que puedan escoger la ropa que van a usar, proponer sus gustos y preferencias en las actividades compartidas en familia, hacer cosas por sí solos, entre otras).

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Reconocer y valorar la singularidad de cada niño y niña, el desarrollo de su personalidad y los diferentes ritmos de aprendizaje.

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Entorno familiar

¿Cómo generar un entorno familiar favorable para la salud mental de niños, niñas y adolescentes?

Cuando nos referimos a un entorno familiar favorable para la salud mental de niños, niñas y adolescentes, estamos hablando de aquellas experiencias protectoras y significativas que promueven su desarrollo y que pueden ser proporcionadas por todas las familias.

Algunas de ellas pueden ser:

Experiencias adversas que afectan la salud mental en la niñez

Algunas de estas situaciones son:

  • Abuso infantil, que puede ser: emocional, físico o sexual.
  • Negligencia infantil: no brindar los cuidados mínimos que requieren niños, niñas y adolescentes aunque se tengan las posibilidades para hacerlo, por descuido o desinterés.
  • Diversas formas de violencia en el entorno familiar, social, educativo y/o comunitario.  
  • Pérdidas de seres queridos y separaciones (Ej. cuando una persona de la familia es encarcelada, fallece o algún cuidador se va del hogar).
  • Enfermedad mental de un miembro de la familia.

Experiencias adversas que afectan la salud mental en la niñez

¿Cómo identificar que los niños, las niñas o los adolescentes están teniendo dificultades asociadas a su salud mental? Y ¿Cuáles situaciones ameritan nuestra especial atención?

La forma en que cada niña, niño o adolescente puede estar manifestando comportamientos que sean reflejo de posibles situaciones emocionales que afectan su bienestar y salud mental, varía de acuerdo a su edad, al contexto cultural, a lo que haya vivido antes y a su forma de ser.

Es posible que en dichas situaciones a ellas y ellos les cueste identificar, compartir y explicar lo que sienten, piensan o a qué se debe su comportamiento; por tal razón es importante que adultas y adultos estemos pendientes y tengamos en cuenta algunas señales que ameritan nuestra atención, disposición y búsqueda de apoyo.

Experiencias adversas que afectan la salud mental en la niñez

A continuación presiona las flechas laterales para ver las señales  a las que debemos estar atentos:

1 Tienen rabietas muy frecuentes o están sumamente irritables la mayor parte del tiempo.
2 A menudo hablan o muestran miedos y preocupaciones que no les permiten hacer sus actividades diarias.
3 Se quejan de dolores corporales, de estómago o dolores de cabeza frecuentes, sin causa médica conocida.
4 Vuelven a orinarse o defecarse encima, en la ropa o en la cama, en el día o en la noche, cuando ya habían aprendido a controlarlo.
5 Están en constante movimiento y no pueden quedarse quietos, al punto de no poder manejar voluntariamente su cuerpo, no poder permanecer en un espacio por un tiempo prolongado o afectarlo en el desarrollo de ciertas actividades.
6 Tienen miedo a aumentar de peso o hacen dieta o ejercicio de manera excesiva, y expresan sentirse muy insatisfechos con la apariencia de su cuerpo.
7 No están interesados en absoluto en jugar con otros niños o tienen mucha dificultad para hacer amigos.
8 Tienen problemas académicos importantes o recientemente sus calificaciones han bajado significativamente.
9 Repiten sus acciones o verifican las cosas muchas veces por miedo a haberlo hecho incorrectamente o que algo malo pueda suceder.
10 Han perdido el interés en las cosas que solían disfrutar.
11 Tienen poca energía, aunque hayan dormido y descansado.
12 Pasan tiempo excesivo solos y evitan todas las actividades sociales con amigos o familiares.
13 Duermen demasiado o muy poco, tienen pesadillas frecuentes o parece que tienen sueño durante el día.
14 Se hacen daño físico a sí mismos y de manera intencional (por ejemplo, se cortan o se queman la piel).
15 Fuman, beben o consumen drogas.
16 Participan en conductas arriesgadas o destructivas solos o con sus amigos.
17 Tienen pensamientos o han expresado deseos de morir, quitarse la vida o sentir insoportable lo que viven; o incluso han intentado hacerlo.
18 Tienen períodos de muchísima energía y actividad y requieren dormir mucho menos de lo habitual.

Experiencias adversas que afectan la salud mental en la niñez

Los anteriores comportamientos deben ser comprendidos como alertas siempre y cuando se identifique que estos generan en las niñas, niños y adolescentes:

Rol y responsabilidades del cuidador o la cuidadora

Da clic sobre cada número para descubrir las pautas básicas de los cuidadores y cuidadoras.

Avatar Estratégias de acompañamiento para padres, cuidadores y público en general

Verificar

Verifique constantemente el estado de ánimo del niño, niña o adolescente, si está triste durante muchos días y por muchas horas, si no siente ningunas ganas de dialogar o lo hace mucho menos de lo habitual, si no está consumiendo alimentos con frecuencia o los de su preferencia, entre otros comportamientos que le caracterizan.

Indagar

Indague con el o la docente de su niño, niña o adolescente, ¿Cómo se comporta el niño en las clases, en el jardín infantil o en la hora del descanso?

Dialogar

Dialogue con el médico tratante de su niño, niña o adolescente, infórmele acerca de su actitud y lo que observa día a día de su comportamiento. Además, dialogue con él o ella, pregúntele cómo se siente, si desea hablar, y el por qué de su conducta o si prefiere hacerlo con otra persona, exprésele lo importante que él o ella es para usted y refiérale que encontrará siempre su apoyo.

Consultar

Consulte con sus amigos más cercanos si les ha compartido algún tipo de información, plan o sentimiento.

Asistir

Asista de manera regular a los controles médicos de acuerdo a su curso de vida, de esta manera se harán detecciones a tiempo y se logrará prevenir cualquier afectación a la salud mental en la infancia.

Buscar

Busque ayuda, si lo considera necesario, de un profesional experto en salud mental en niñas y niños (psicólogo o psiquiatra infantil).

Seguir

Siga la ruta de atención que plantea su municipio o ciudad en salud mental para el tratamiento y la atención; y, si es de su preferencia, también busque algún tipo de acompañamiento espiritual para la familia.

Finalizaste
¡Felicitaciones!

A continuación te invitamos a explorar los 10 compromisos por la protección de la niñez

Actividades de desarrollo en el entorno familiar